Dentadura de abuelo de piezas varias, dentadura mellada de muela ausente. Es la pieza esmaltada de raíz de antaño.
Dejadme sitio en la fila, dejadme sitio en la fila, dejadme sitio, que van a pasar revista las nubes y las sierras, que voy a subirme a ver los montes y los pájaros.
Al principio fue el aire, y el aire ordenó las piezas de la casa. Un soplo vertical se incrustó entre los muros que, sumisos, ya no tuvieron más que obedecer la sucesión de espacios que proponía el patio.
Exterior e interior, son uno y distintos. El origen, la idea, el canto de sirenas de la blanca luz reflejada en la pared del fondo. Y, sin pretensiones, la casa del pueblo pequeño saluda desde arriba y respira junto a las nubes y las sierras.
Un solar muy bien situado en un pequeño pueblo de Badajoz presenta una parcela entre medianeras, con un frente generoso a la calle y una superficie irregular entre lindes vecinos.
Un solo patio es la única fuente de luz para el interior de la vivienda. Ésta presenta un programa sencillo desarrollado en tres alturas.El salón es la pieza principal de la casa y el nexo común de todos sus habitantes. Es el lugar que articula y ordena todo el hogar. Este espacio central en doble altura se abre a un patio interior orientado a norte, rasgado lateralmente por el comedor y la biblioteca, que se orientan a sur.
Un único espacio dividido en dos, con luces diferentes que lo tensan y matizan. Un espacio vertical orientado a norte, que ofrece una luz horizontal y homogénea que lo inunda.
Una luz vertical, cálida y cambiante, que baña el espacio horizontal dividido. Un juego de luces opuestas, una homogénea en el tiempo y en el espacio y la otra cálida y variable. Ambas tensan el espacio común.
Un espacio introvertido al que le da vida lo extrovertido.
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